“Mi vida eran el violín y Dios”, escribe. Fue un músico precoz forjado con una férrea disciplina que le llevó a ser, con 20 años, el instrumentista más joven admitido por la Orquesta Nacional de España. Pero al confesar su homosexualidad a sus padres, profundamente religiosos, pasó de ser su orgullo a su decepción. Para salvar su alma, le pegaron, le aterrorizaron y lo encerraron en la iglesia de una isla surcoreana hasta que “cambiara”. Lo explica con elegancia, huye de los momentos escabrosos. No excusa cómo se comportaron, pero lo entiende. Se niega a ser una víctima. Cuenta esa historia, la que vivió en su adolescencia, en Yo soy el que soy (Letrame), cuya versión como musical, en la que Lee toca el violín, se estrena en enero en el teatro Kamikaze de Madrid.
Buscador
-
Temas
-
Últimos posts
Categorías
- Aceptarnos
- Amistad
- Artículos
- Asilah
- Atrevernos
- Bajo el árbol de la Palabra
- Budismo
- Budismo, TAO, ZEN
- Caer en la cuenta
- Compartir
- Ecosofía
- Explosión demográfica
- Firma invitada
- Lecturas
- MAESTROS SABIDURÏA
- MARCO AURELIO
- Mayores activos
- Para el recuerdo
- Retazos de Sergei
- Robadores de momentos
- Rubayats RUMI
- Saber envejecer
- Sabiduría en cuentos
- Salud emocional
- Sobriedad compartida
- TAO
- Uncategorized
- Viajar
- VOLUNTARIADO SOCIAL
- ZEN