El acompañamiento de personas en el proceso de morir te permite aprender de la sabiduría que surge de ellas a partir de esta experiencia y te permite ofrecer una presencia auténtica, ecuánime y compasiva.
La muerte es una gran maestra, cuyo potencial es el de hacernos despertar de una vida automática y sonámbula a una vida plena y consciente. Acercarnos a la muerte nos recuerda que nuestra existencia es limitada, y por lo tanto comenzamos a centrarnos en lo verdaderamente importante, decidiendo vivir cada momento con el corazón abierto. El acompañamiento de personas en el proceso de morir te permite aprender de la sabiduría que surge de ellas a partir de esta experiencia y te permite ofrecer una presencia auténtica, ecuánime y compasiva.