Aquelarre
La idea de las brujas existe desde mucho antes del cristianismo. En el libro bíblico del Éxodo, se prohíbe la brujería, una actividad que casi siempre se atribuyó a las mujeres. En la Edad Media, la brujería resurgió, vinculada a la adoración al demonio, generalmente representado como un macho cabrío. Se creía que las brujas se reunían en encuentros secretos conocidos como aquelarres, palabra formada a partir del vascuence akelarre ‘prado donde pasta el cabrón o macho cabrío’, compuesta por aker ‘macho cabrío’ y larre ‘prado’.
En España y en otros países hispanohablantes, un cabrón es una mala persona, debido a esa antigua asociación con el demonio