Cuando todo en la vida nos parezca oscuro y sin sentido. Cuando la noche parezca más negra. Cuando el dolor y el sufrimiento parezcan insoportables… recuérdanos que nos velas y no nos deseas mal alguno sino que nos amas, a pesar del padecimiento.
No olvidemos que a la noche sigue el alba y que siempre podremos contar con tu hombro de amigo para que no nos falle en la espera la esperanza. «Sabernos» de sapere… aceptarnos, para acoger a quienes sufren tanto o más que nosotros y no saben que tienen brazos en los que refugiarse ni aliento para seguir adelante. Sí. Es posible y necesario coger fuerzas y tomar impulso para seguir el camino… como meta. Vivir cada día, cada instante, como lo que son: únicos.
Y contra toda desesperanza… hagamos como el junco, que se inclina, mientras pasa la riada. (Sí, es como una riada de desconcierto y de estupor… pero hoy es siempre todavía).