Cuatro cosas acrecientan aquellos
que en todo momento tienen respeto y
consideración para los ancianos: el número
de sus años, la belleza, la felicidad y la
fuerza.
Mejor que cien años de una vida
inmoral y disipada, es un solo día
consagrado a la práctica del bien y a la
meditación.
Mejor que cien años de una vida
ignorante y disipada es un solo día
consagrado a la sabiduría y a la meditación.
Mejor que cien años de vida en la
pereza y la negligencia, es un solo día vivido
activamente y haciendo buenas obras.
Mejor que cien años de vida pasados
sin comprender que todas las cosas son
impermanentes, es un solo día de quien
comprende esa impermanencia de las cosas.
Mejor que cien años sin conocer el
camino que lleva a la Inmortalidad, es un
solo día consagrado a ver ese Sendero.
Dhammapadha