Procedente de una familia humilde perteneciente al demo /barrio de Alopece, Sócrates tuvo una niñez con mucha libertad y desde pequeño sobresalió por su observación aguda, su curiosidad y una fina ironía. En su juventud participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440aC), Potidea (432aC), Delio (424aC) y Anfípolis (422aC). («Se dice» que su padre fue escultor y su madre partera… o sea ayudaban a dar a luz lo que encerraba la piedra o lo alentaba en el seno materno)
Sócrates, fingiendo saber poco o nada, conversaba con la gente y preguntaba sobre sus errores, haciendo que ellos los descubrieran. A éste método se lo llamó «Ironía socrática» o «Método socrático», siendo un método de dialéctica o demostración lógica para la indagación o búsqueda de nuevas ideas o conceptos. Lo que hace de Sócrates una de las figuras más extraordinarias y decisivas de la historia es la unidad entre teoría y conducta, pensamiento y acción que logro.
En el contexto de inestabilidad en que se hallaba Atenas, después de la Guerra del Peloponeso (431aC – 404aC), la aristocracia vio como una posible amenaza a Sócrates y bajo el cargo de «corromper a la juventud» y de no «venerar a los dioses» lo condenaron a muerte ingiriendo la cicuta a los 70 años. Pudiendo salvarse a través de algunas amistades en altos cargos, prefirió cumplir la ley de la ciudad que tanto defendió y promulgó.Varios autores recogieron el discurso que Sócrates pronunció como defensa ante los tribunales atenienses, con el nombre de «Apología de Sócrates». Una auténtica lección de humanidad, de serenidad y de lucidez que permanece hasta nuestros días. Condenado a muerte por «corromper a la juventud», esto es, por enseñarles a pensar y a ser uno mismo, a saberse responsables. Y en cuanto a lo de no dar culto a «los dioses» … su última ironía a punto de morir fue bajarse la sábana que cubría su rostro para que no le vieran sufrir sus discípulos y decirle a Fedón : «Ah… no te olvides de sacrificar un gallo a Esculapio»
J C.