albricias
Se empleaba para referirse al regalo que se daba al que traía una buena noticia, pero actualmente albricias se usa principalmente como interjección para expresar júbilo, como hace Carlos Fuentes en su novela Cristóbal Nonato (1987):
O sea, sobrinitos, que se acerca el día 12 de octubre y la celebración del Quinto Centenario de nuestro descubrimiento, o como dijesen los indios de Guanahaní al ver que se aproximaban las carabelas, ¡Albricias, albricias que hemos sido descubiertos!
Proviene del árabe bisara, que significaba ‘buena noticia’ y también ‘recompensa que se daba a quien la traía’. La palabra se generalizó en la península ibérica a partir del siglo XII, bajo formas muy variadas, tales como alvices, albriças y alvíxeras, entre otras. En portugués se impuso la forma alvíssaras.