14 de septiembre
Querido diario, hoy ha sido mi primer día de clase. Esta noche no he podido dormir casi nada. Cuando he llegado, un profesor me ha acompañado a clase y me ha presentado a los compañeros. Ha sido mejor de lo que esperaba. Después en el recreo estaba solo; pero Paco y Javier, de mi clase, se han acercado a mí y me han dicho que me vaya a jugar con ellos. Me lo he pasado bien. Mi madre ha ido a recogerme y me ha recibido con un abrazo.
Ahora aquí, contigo, mi querido diario, me siento triste porque echo de menos a mi padre y a mis amigos del otro cole y, a lo peor, ya no los voy a ver más. Le he dicho a mamá si podía llamar a papá para contarle como me ha ido el cole y me ha dicho que sí. Parece que ya no estaba tan enfadada con él. A lo mejor se vuelven a juntar. Y si no quieren volver juntos, ojalá aprendan a estar juntos para nosotros, y se respeten el uno al otro para cuidarnos mejor a nosotros. Mi hermano y yo los queremos y los necesitamos a los dos.
Mi querido diario, gracias, porque te lo puedo contar todo y estás cuando te necesito.
María Guerrero Escusa